martes, 22 de enero de 2013

Hola ^^

Mirando vuestros blogs más ideas entran en mi cabeza y he decidido hacer algo parecido a un blog del mes que es tan típico, yo voy a hacer el blog de la semana. 

Para participar:
-Por supuesto, tener blog
-Seguirme
-Haber comentado dos veces al menos en mi blog en distintos capítulos.
-Y hacer publicidad al blog para que puedan votaros en la selección final.
-Tenéis que dejarme un comentario con vuestro blog y vuestro nombre en tuenti si tenéis.

Datos:
-Yo haré la selección principal y dejare 4 blogs para la elección de los lectores.
- Quién sea el blog de la semana será anunciado en una entrada en este blog y quizás en otros que tengo.
-Su blog sera puesto con un enlace en todos lso capítulos que suba esa semana( no puedo decir con exactitud cuantos por que no lo se)
 
Bueno para poder hacer la selección tiene que haber un mínimo de 7 blogs así que animad a los bloggeros que conocéis. 


OS QUIEROOOO!! <3

Capítulo 3


Capítulo 3: La decisión

-Ha pasado algo que quizás quieras saber.-le dijo Blanca a Raymond mirándolo a sus increíbles ojos, aquellos por los que había suspirado la primera vez que se conocieron.

-Dime Blanca.-le respondió él, quizás sonando seco pero realmente preocupado. 
                                                                                                                                                            -¿Recuerdas aquella historia acerca de que los vampiros amamos a una única persona y que esa persona es perfecta para el vampiro?-preguntó ella con su mirada clavada en los profundos ojos de Raymond, que la miraba llenos de los increíbles secretos que almacenaban. 
                                                                                                                                                            -Sí, claro. Y por lo que se es cierto... ¿Acaso tú lo has... encontrado?-respondió Raymond con voz curiosa.                                                                                                  
                                                                                                                                                            -Sí, o por lo menos eso sospecho. Lo peor de todo es que va a entrar a mi clase y su madre, es una amiga de la mía. No sé que hacer.-murmuró Blanca.

-Yo no puedo ayudarte en este tema. Es algo que cada vampiro debe resolver por cuenta propia, lo siento. -contestó Raymond, fijando su mirada hacia el suelo, dolido por no poder hacer nada para ayudar a su amiga.

Ella ni siquiera le respondió. Levantó su esbelto cuerpo y miró hacia el bosque, con ganas de alimentarse en abundancia. Raymond percibió lo que Blanca sentía y comenzó a prepararse para ir de caza. Su cuerpo entero se tensó, su mandíbula se apretó y su sed de sangre se incrementó. Blanca le sonrió y ella misma se preparó para salir de caza. Ambos corrieron por el bosque disfrutando de una brisa que les lanzaba descargas de relajación cada vez que rozaba sus cuerpos. Al poco tiempo localizaron un alce grande, que debía haberse separado de su manada. Raymond se lo cedió encantado, sabiendo que su amiga lo necesitaba. Ella terminó con el enorme alce en cuestión de segundos. Después buscaron alguna pieza para Raymond y únicamente encontraron dos pequeños conejos, que sin embargo él aceptó encantado. Decidieron que por ese día era suficiente y Blanca que siempre acostumbraba a quedarse hablando con Raymond decidió irse con la excusa de que tenía prisa. Él, por supuesto no la creyó, pero decidió dejarla ir, sabía que necesitaba tiempo para arreglar el conflicto que había surgido en su interior. Blanca se despidió de él con un simple beso en la mejilla y salió a toda velocidad hacia su casa, donde necesitaba ir en esos momentos.

 De repente paró bruscamente. No iba a ir a su casa, iba a conocer al enemigo en su momento más vulnerable, cuando estaba dormido. Recordó afortunadamente la calle en la que vivía el joven y además sabía que gracias a sus sentidos más desarrollados podría encontrar al muchacho. Tardo pocos minutos en encontrar la calle. Era una zona residencial, con apariencia de nueva por el buen estado de los edificios, cuyos colores se alternaban entre el naranja pálido y el blanco. Localizó la casa de Hugo a través de la mente del mismo. Una de las cosas que le encantaba de ser vampira era poder leer los pensamientos de los simples humanos de su alrededor. El único fallo de tan increíble poder era que solo funcionaba bajo su forma vampírica, por lo que no podía utilizarlo en el instituto para hacer aún menos en clase.

Cuando llegó a la casa, vio a un enorme perro observándola, mirándola con mala cara y gruñendo. Le miró a los ojos y a los dos segundos el enorme pastor alemán se encogió acobardado. Después se colocó en el alfeizar de la ventana más cercana, que resultó ser la de Hugo. Lo observó profundamente dormido, un poco agitado, seguramente por las pesadillas que estaría teniendo. Blanca pensó durante un corto minuto la posibilidad de matarlo. Se quitaría un gran problema del medio pero decepcionaría a Raymond, lo sabía. Así que, solamente, se dedicó a vigilar a Hugo e intentar, mediante sus objetos personales, averiguar más de él. Vio varios trofeos que resultaron ser de atletismo, por lo que supuso que era rápido, resistente y fuerte. Al abrir el armario encontró en su gran mayoría ropa de deporte pero toda de marca por lo que descubrió que el chico era pijo, con dinero, cosa que había percibido por la casa y una vez más deportista.

-Aunque jamás estará a la altura de una vampira- susurró Blanca risueña.

Además de la ropa y los trofeos vio una consola de videojuegos la cual identificó como la Play Station 3, que la misma Blanca tenía en su habitación escondida, que era como ella y Raymond llamaban a una pequeña casa que tenían a las afueras y donde pasaban algunas noches de diversión con videojuegos y juegos de mesa. A pesar de continuar mirando no encontró nada más digno de interés. Echó un último vistazo a Hugo y salió de la casa al mismo tiempo que Hugo se despertaba de una pesadilla. Él miró hacia todos lados, como si su pesadilla fuese que había algo o alguien en su cuarto. Blanca se escabulló en silencio, sin hacer ningún ruido que la pudiese delatar. Salió corriendo y fue hacia su casa, a sabiendas que llegaba un poco tarde. Corrió por el bosque a toda velocidad, evitando las carreteras y en poco tiempo llegó a su casa. Entró a su habitación por la ventana, se puso el pijama y se metió en la cama. Segundos antes de que su padre entrase por la puerta para despertarla se acordó de que estaba en forma vampírica, realizó en un susurró el hechizo y se hizo la dormida.   

-Blanca, Blanca. Levanta que es hora de ir al instituto- murmuró su padre en su oído.

Ella se sacudió de una forma similar a cuando los humanos se despertaban y abrió ligeramente los ojos como si la luz que entraba por su ventana la molestase.     

-Ya estoy despierta-dijo falsamente con voz de recién levantada.

Su padre le dio dos besos y salió por la puerta para irse a trabajar. Blanca suspiró aliviada. No la habían pillado. “Desayunó”, se duchó, se vistió y se arregló para ir al instituto. En cuando llegó toda su clase estaba alrededor del chico nuevo, analizándolo. Él la vio entrar por la puerta y....



Chicos y chicas yo tengo otro blog con otra cuenta y estaba pensando hacer los blogs desde esta cuenta y que podais leerlas... os interesan las historias de magia del pasado, presente y futuro? jejej, besos y disfrutad del capítulo <3

sábado, 12 de enero de 2013

Capítulo 2: Él

Espero que este capítulo tenga tanto éxito como el primero, no se como agradeceros esos 11 seguidores jamás soñé con tener a 11 personas pendientes de mi historia se os quiere y gracias por las más de 150 visitas. Bueno os dejo este capítulo que espero que os guste..




Después de una hora y media ya se sabía varios hechizos más, algunos útiles, otros no tanto. Intentaba aprendérselos de memoria para poder ocultarse.     
                                                                                                                                                            - Es un poco irónico, soy la criatura más mortífera de la Tierra y me tengo que ocultar de los humanos…-pensó molesta por culpa de una mosca que no paraba de posarse cerca de su oído.

Movió la mano a la velocidad de la luz y la atrapó entre sus dedos pulgar e índice. La agarró suavemente y abrió la ventana de su cuarto, por la que se escapa cada noche a alimentarse y a conocer el mundo de la noche. Solo había un vampiro en su zona, Raymond. Llevaba viviendo desde 1835 y le había enseñado muchas cosas antiguas que a Blanca le llamaban mucho la atención.

-¡Blanca! Ven por favor-le pidió su madre.

-Voy mamá. Estoy ahí en un segundo.-respondió la aludida. Se levantó de la cama, se miró al espejo para asegurarse que el hechizo que la transformaba en humana seguía activo y salió del cuarto. Su madre la esperaba en el salón junto a un chico joven y a una señora de mediana edad que parecía ser la madre del joven.

-Te presento a Hugo y a su madre, Elena.-dijo su madre con la típica sonrisa que ponía cuando había invitados.

-Hola- murmuró Blanca acercándose a los invitados y dándoles un beso en cada mejilla.

-Hugo va a ir a tu instituto, Blanca. Exactamente a tu clase y entra mañana.-le comunico su madre.

Blanca tragó saliva. Ese chico, Hugo, la ponía muy nerviosa. Y encima iba a ir a su clase. Vaya mierda.

-¿Así? Qué bien-dijo ella con una sonrisa encantadora en su rostro que demostraba lo contrario que sentía.

-Sí. Bueno nos tenemos que ir. Blanca te pido que ayudes a mi hijo a hacerse amistades. ¿Vale?-le pidió la madre de Hugo con una sonrisa en la cara.

-Sí, claro- murmuró Blanca guardándose el sarcasmo que le salía por su naturaleza adolescente y por lo tanto rebelde.

-Adiós- comentó Hugo.

Blanca ni siquiera contestó. Espero a que los dos humanos se fuesen de su casa y fue corriendo a su cuarto, a velocidad sobrehumana a abrir su libro favorito acerca de los vampiros, el que más se acercaba a la realidad. Recordaba haber leído algo interesante acerca de la sensación que había sentido. Buscó el capítulo que quería y las palabras exactas que necesitaba. "Los vampiros pueden tener una sensación especial hacia una persona, por la que se sienten mortalmente atraídos y que son las personas perfectas para ellos. La atracción no tiene por qué ser mutua."

Resopló molesta y pidió a Dios que no fuese ese tal Hugo. Nada más conocerlo y ya le caía mal. Se levantó de la silla en la que estaba sentada y fue a darse una ducha relajante. Estuvo alrededor de 15 minutos bajo el chorro de agua fría sin moverse. Levantó el mango de la ducha y dejó que al agua empapase su pelo. Apago la ducha y se enjabonó el cuerpo y el pelo. Después se enjuagó entera y salió de la ducha. Se puso ropa cómoda bajo el pijama. Después iría a ver a Raymond. Fue a cenar y apenas probó bocado. Cada día se hartaba más de esa estúpida farsa que la fastidiaba continuamente, día a día. Se fue al salón para ver un rato la televisión, ya que no tenía nada que hacer. Al final cogió su Ebook y se puso a leer un rato. Era lo que más le relajaba cuando estaba agobiada y desde que había visto a aquel chico, Hugo, se sentía demasiado incomoda. No lo entendía, ya que ella nunca se salía de su papel, en realidad era una increíble actriz. Tendría que ser lo que decía su libro de vampiros, él era la voz de su corazón, el hilo que la unía a la vida...

Sacudió la cabeza horrorizada ante la idea. Ese chico no era para ella. No la merecía.

-¡Blanca! Vete a dormir, que es tarde.-le ordenó su madre contrariada.

-Si mamá, lo siento -murmuró Blanca siendo dócil.

Se levantó del sillón a una velocidad humana, y comenzó a andar lentamente por el pasillo con el Ebook en una mano y con su móvil, un galaxy 3 en la otra. Le había costado que sus padres le permitiesen comprárselo, pero al pagarlo ella, tuvieron que permitírselo ya que era su dinero. Lo que ellos no sabían es que Raymond le había dado el dinero para que pudiesen estar comunicados por el whatsapp. Sonrió. Abrió la conversación con Raymond y le escribió: "Quedamos esta noche a las dos en el claro al lado de la vieja granja. Un beso." Cerró el móvil y lo bloqueó con la contraseña. Abrió la cama y se tumbó sobre ella. A continuación se tapó con la sábana y esperó a que sus padres se durmiesen. Cuando sus respiraciones se establecieron al ritmo particular de cada uno mientras dormían, salió de la cama. Se quitó el pijama y se quedó en ropa de calle. Abrió la ventana y salió por ella. Corrió a través del bosque, porque vivía en plena carretera, en mitad de la nada, lo que le permitía llegar más rápido. Miró la hora en el móvil. Tenía 20 minutos para llegar. Le daba tiempo a tomar algunos conejos para beber algo de sangre. Capturó dos conejos y les absorbió la sangre en pocos segundos. Enterró los conejos a dos o tres metros de profundidad y salió a su máxima velocidad al sitio de encuentro. Allí le esperaba Raymond. Con su pelo rubio y su increíbles ojos azules, con un magnetismo claramente atrayente que provocaba que cada muchacha que le veía suspirara por él. Sonrió. El joven la miró y la invitó a sentarse junto a él. Ella le lanzó una última mirada de soslayo y se sentó en su tronco favorito, que Raymond había tallado en forma de silla.

lunes, 7 de enero de 2013

Capítulo 1: La realidad


Una chica cualquiera caminaba entre las masas subiendo a su clase, girando la cabeza para asegurarse que su amiga la seguía. La chica sintió un empujón desde la derecha y miro en esa dirección.

-No interrumpas el tráfico- le gritó un joven mientras avanzaba por la tortuosa escalera.

La chica bajo la cabeza con las mejillas bañadas en un suave rubor que demostraba la vergüenza que había sentido a causa del joven. Ella trataba de pasar inadvertida en el colegio pero todos la juzgaban por los errores del pasado. Todos excepto la única amiga que había permanecido siempre a su lado,Linda . La única que sabía todos sus secretos, excepto uno. Uno que nadie debía saber, porque entonces ella misma debería darle muerte, ella era un vampiro. Quizás sonaba a fantasía o a cuento de terror, pero era la realidad. Se ocultaba tras una falsa máscara de mediocridad y engaños. Nadie debía saber la verdad y eso incluía a Carmen, aunque le doliese engañarla. Aspiró profundamente y terminó de subir las interminables escaleras que la llevarían hasta su insoportable y particular infierno.Notó los empujes concedidos por sus arrogantes "compañeros".   
     
-Si ellos supieran lo que soy... -pensó ella con una sonrisa irónica.      
                                                  
Entró en la clase rápidamente, bueno lo que significaba rápidamente para los humanos. Para ella era un pequeño paseo a paso muy lento. Llevaba ya 11 meses manteniendo su secreto, gracias a un hechizo que ocultaba su belleza, su fuerza, su velocidad y su sed de sangre, aún así necesitaba alimentarse a menudo. Se sentó en su sitio y abrió un libro acerca de dragones que ya se había leído demasiadas veces, tantas que se lo sabía de memoria. Aun así disfrutaba, porque le permitía aislarse del mundo.

Llegó el cuarto profesor del día. Sonrió a sus alumnos, aquellos a los que tenía que enseñar química. Empezó la clase. Las reacciones químicas. Después de explicar los ejercicios el profesor mandó unos  cuantos ejercicios. Cuando ya estaba a punto de terminar de hacerlos todos, el compañero de sitio de Blanca le habló.

-¿Entiendes los ejercicios?-le preguntó confuso al ver que su libreta esta completada con casi todos los ejercicios que el profesor les había mandado.

-Si es sencillo. ¿Quieres que te los explique?-le respondió Blanca amablemente. Ese era uno de los pocos compañeros de clase con el que se hablaba y se reía a menudo.

-Sí, gracias Blanca- respondió él, agradecido por la ayuda.

Blanca le explico todo de nuevo, con palabras distintas a las del profesor y el joven lo entendió rápidamente.
La hora terminó enseguida. El profesor ordenó a los alumnos que trajeran los deberes al siguiente día. La siguiente hora fue insoportable. Lengua y literatura.   
                                           
  -¿A quién le importa el Barroco? -pensaban todos los alumnos.     

La hora paso lenta y aburrida. La voz de la profesora era tediosa lo que inducía a gran parte de la clase a un profundo sueño. Blanca bajó la cabeza cabreada. Ella jamás volvería a dormir. Eso era algo que todos los días recordaba. El no poder dormir la atormentaba. Lo único bueno era que era tan veloz que le daba tiempo a alimentarse por las noches de sangre animal ya que estaba completamente decidida a no matar humanos. Levantó la cabeza cuando la profesora le pidió que contestase a una pregunta. Tenía suerte de haber estado atenta. Respondió correctamente la pregunta y volvió a sumirse en sus pensamientos. En cuando la clase terminó suspiró aliviada y se relajó en su asiento. Vino el pesado de turno y empezó a molestarla. Ella intentaba no hacerle caso para no romper su máscara falsa, para que no la descubriesen. Consiguió soportarlo a duras penas. Al fin y al cabo era la rutina diaria.

La siguiente hora paso muy rápido. Tecnología. Una asignatura entretenida ya que usaban ordenadores y a Blanca eso le encantaba. Ese día pudieron navegar por internet siempre y cuando no usasen las redes sociales. Blanca aprovechó para mirar cual era el mayor número de animales de cada tipo para saber de qué animal podía alimentarse. 10 minutos después de que terminase sonó el timbre. Quizás demasiado rápido, Blanca salió por la puerta con la mochila sobre el hombre izquierdo, como acostumbraba a llevarla. Vio a Linda que ahora salía de su clase y la espero al final de la escalera.

-Sí que tardas, eh-le dijo en broma.

-Lo siento, lo siento-comentó Linda entre risas.

Ambas caminaron hasta la salida y se pusieron en un banco a hablar hasta que sus madres llegaron. Cuando Blanca llegó a su casa, comió la comida que había sobre la mesa, que no satisfacía su estómago, a la que ni siquiera sentía bajar por su esófago y se fue a su cuarto a descansar.

Sobre las 6 hizo los deberes de matemáticas y se tumbó sobre su cama. Se aseguró de que no había nadie con intenciones de ir a su cuarto y levantó el colchón de su cama. Allí estaba el libro de hechizos del vampiro que la había convertido sin quererlo. El vampiro al darse cuenta de su error le regaló el libro. Le agradeció profundamente el detalle ya que ese libro le había salvado la vida. Lo abrió por la página donde se encontraba el marcapáginas y comenzó a leer.

Bueno espero que os haya gustado, esta escrito con todo mi cariño hacia los tres seguidores que ya tengo, de los que me siento muy orgullosa y las casi 60 visitas que ya tengo. Sois los mejores, 
Besos de Jane

domingo, 6 de enero de 2013

Hola :)

Dicen que las primeras frases de un blog marcan los lectores que tendrá. Yo espero que este blog tenga exito, ya que la historia que en el contaré la he escrito con toda mi dedicación.
Bueno me presento:
Soy Jane, por supuesto no es mi verdadero nombre pero es el que usare aquí. Tengo 15 años y mi pasión es leer. Descubrí hace poco este mundillo y comencé a aficionarme a estos blogs tan increíbles y con tantas aventuras inimaginables. Ahora estoy aquí con mi historia de vampiros dándome a conocer al mundo, solo os pido vuestro apoyo para conseguir mis objetivos, es decir, ayudadme para que la gente pueda disfrutar con mi historia.
 Y por supuesto un pequeño resumen o prólogo de la historia no podía faltar ;)

Ella es inmortal, él es más longevo de lo habitual.
Ella bebe sangre, él agua.
Ella no come, él se alimenta de todo.
Ella lo odia, él la ama.

Posdata: Para contactar conmigo teneis dos formas:
tuenti: Escritora Soñadora Impulsiva
gmail: escritoraenamorada1497@gmail.com

Posdata 2: Gracias por leerlo todo y espero comentarios y correos con vuestras opiniones.